Arrancó con una de cal y otra de arena, alternando victorias con derrotas. Las palabras de Djukic en su presentación devolvían la ilusión a un equipo y una afición que los últimos años caminaba entre la indiferencia, el pesimismo y el victimismo de la situación económica. Cuatro derrotas en solo seis jornadas llevaron al equipo al 16º puesto, pero en las siguientes jornadas se lograron tres goleadas consecutivas: 5-1 al Betis, 1-4 al Zaragoza y 3-0 al Racing.