Lo mejor es que en el torso lo que destaca es el nombre del club y no un sponsor. «Una aventura total. Fuimos a la plaza Mayor, y tuvimos que alquilar una caja de gaseosas para que me subiera encima y así poder ver el partido», rememora para ABC en una conversación telefónica que se alarga más de una hora, entre saltos temporales que viajan del presente al pasado y del pasado al futuro.