Parece como si se hubieran esforzado tanto con la primera que para la segunda hicieron algo para salir del paso. La primera de las veces en las que Italia jugó de negro fue en un amistoso ante Francia, en Roma, en 1935. Un año después, en los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín, también vistieron de esta guisa. Islandia. Quién le iba a decir a Erreà, una pequeña empresa de ropa deportiva de Parma, Italia, que firmar con Islandia iba a ser tan productivo.
