La delantera letal que tenía el equipo, compuesta por Manuel Seoane, Luis Ravaschino, Zoilo Canavery, Alberto Lalín y Raimundo Orsi tenía un juego «endiablado», con gran poder ofensivo y un alto vértigo en ataque. El fútbol de carnaval no fue el único código de la época; de hecho existieron otros códigos más organizados, camisetas futbol menos violentos e incluso que se desarrollaron fuera de las islas británicas.