A mí la camiseta me enseñó lo que era la impresión, la serigrafía, y a entender que tenía que perseguir símbolos que se establecieran como iconos. Estos, tras vencer en un partido amistoso al Budapesti Honvéd Sport Egyesület -equipo formado casi en su totalidad por los «magiares mágicos» integrantes de la temible selección húngara- fueron proclamados por la prensa inglesa como los «campeones del mundo», provocando un impulso final para la creación de la competición.