Para cumplir el objetivo, Basile le pidió a Maradona que volviera porque el equipo lo necesitaría para clasificar a la Copa. Fue una negociación complicada debido a la existente «lucha de egos» entre el astro y otros integrantes del plantel, aunque Maradona finalmente aceptó y voló a Sídney para iniciar lo que fue su última etapa vistiendo la celeste y blanca. Allí, tanto Ayala como Cambiasso fallaron sus penales, y Alemania obtuvo su pase a la semifinal tras ganar la definición desde los doce pasos por 4:2. La curiosidad del partido la produjo el arquero Jens Lehmann, quien consultaba antes de cada penal ejecutado por el equipo argentino una lista que tenía guardada en una media.