Y en noviembre de ese mismo año aparece el tercer disco, titulado Menos mal que nos queda Portugal y editado por DRO, en el que las letras se vuelven algo más simpáticas que grotescas y la música se convierte en un rock más clásico, que en ocasiones se suaviza hasta el power-pop, y del que salen muchos de los himnos de la banda, en algunos de los cuales Julián empieza a prestar su voz.